En ocasiones, la caprichosa dama que es la memoria, nos presenta fugazmente chispazos del pasado que, tristemente, se diluyen con la misma rapidez con que se presentan. Para que ésto no ocurra lo que intento es fijar sobre un papel parte de esos recuerdos. Fruto de ello es lo que a continuación podéis leer, y que no es más que un esbozo de breves experiencias infantiles de quien regresa a casa tras agotar uno de aquellos infinitos domingos en familia.
REGRESO
Atardeceres rojos
de domingos transparentes
arropan el horizonte
bronceado por el declive del día.
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Visiones de un mar etéreo
de blanca espuma,
invitan a quebrar el tiempo
en una imagen perpetua.
.
Crestas rocosas rasgan el cielo
sin más susurro
que el de la memoria cien veces desdeñada.
.
Vuelo de hojas que
atrapan los ojos rendidos
de quien busca el penúltimo sosiego.
.
Serpiente de asfalto
que acoge en su negra piel
el traslado mecánico, casi instintivo,
del retorno a casa.
.
Descenso a la rutina.
Confianza en el regreso.
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Berni, marzo 2007

4 comentarios:
De lo mejor que he leído ultimamente en poesía. Los primeros cuatro versos son los que más me gustan y esa metáfora del horizonte bronceado (lo utilizaré como título) me parece rotunda. Muy bien.
Muchas gracias por tu comentario, Roberto. Me alegra mucho que te haya gustado.
Muy bueno Berni.Suena como el final de un día perfecto.
Berni, ¿Que pasa con esti blog?. ¿atascose?
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